En la actualidad vivimos conectados/as al móvil y a internet, con estrés para compaginar la vida laboral y la familiar, y un sinfín de distracciones más. El ritmo de vida que nos marca la sociedad hace que hagamos muchas cosas a la vez, poniéndonos barreras para estar conectados/as con el presente. No es fácil vivir el presente, esa es la realidad.
Las trampas de nuestro cerebro
Además, nuestra mente tiene dos tendencias “tramposas” que nos impiden mantenernos en el presente. Por un lado, tiende a anticipar el futuro, por lo que muchas veces vivimos planificando lo siguiente que vamos a hacer y preocupándonos por lo “malo” que puede pasar y sobre lo que tenemos poco control. Por otro, también tiende a analizar con detalle acontecimientos del pasado que no podemos cambiar. Es normal que a veces nos vayamos al pasado o al futuro, pero cuando vivimos anclados/as en esos tiempos, nos estamos perdiendo la experiencia real del aquí y ahora.
En que consiste vivir el presente
Es fácil decir “Vive el presente”, pero, realmente… ¿qué significa eso? Estar en el presente significa ser consciente y prestar atención a nuestra experiencia actual tanto externa como interna, sin enjuiciarla ni generar expectativas sobre ella, sino observándola y aceptándola. Por lo tanto, vivir el presente no es dejarse llevar por los impulsos del momento, ni una solución mágica que te conduce inmediatamente a la felicidad, ya que el presente también se compone de momentos dolorosos. Pero sí nos va a permitir tomar conciencia de lo que está sucediendo, para así poder actuar conscientemente en la dirección que necesitamos y no según nos dicta la mente con sus trampas.
Cómo se aprende a vivir el presente
¿Cómo podemos aprender a vivir en el presente? Existen algunas claves que te pueden ayudar a responder a lo que te sucede, de manera meditada y consciente, en lugar de reaccionar impulsivamente. Aquí se muestran algunas.
- El piloto automático de nuestra mente. Nuestra mente tiene sus entresijos y está constantemente evaluando, comparando, categorizando, criticando, agitándose, divagando… se mantiene ocupada con pensamientos involuntarios y automáticos. Para estar presente es fundamental darnos cuenta de estos enredos, porque si no, nos fusionamos con ellos y nos vamos a donde nos quieran llevar. Por ello, necesitamos observar este fenómeno con paciencia y curiosidad, prestando atención a lo que nos dice nuestra mente y a las emociones y sensaciones corporales que estamos transitando, en lugar de luchar contra ellas o dejarnos arrastrar por ellas. Es cuando nos damos cuenta de nuestro piloto automático cuando podemos pararlo y redirigir la atención al presente.
- Los cinco sentidos como aliados. ¿Cuántas veces nos hemos visto haciendo dos o más cosas a la vez por las prisas de llegar a todo? Ejemplos de estos en el día a día hay miles, como comer mientras trabajas o quedar con alguien y mientras estar pensando en el trabajo de mañana. Cuando estamos en ese estado, realmente no tenemos contacto con la experiencia presente, para estarlo, vamos a proponernos hacer una a una cada actividad de nuestra rutina, y a centrar toda nuestra atención en lo que estemos haciendo en ese momento. Eso si, sin evaluar si es productivo o no, si es divertido o aburrido (o los juicios que a nuestra mente le dé por hacer). Simplemente observando lo que ocurre. Para ello, puede ayudar mucho tener puestos todos los sentidos en esa actividad. Por ejemplo, cuando comemos un alimento, ¿qué colores tiene?, ¿a qué huele?, ¿cómo es su textura?, ¿qué sabor?, ¿qué temperatura?
- Resolver los conflictos internos que nos impiden estar en el presente. Hay veces que lo que nos está impidiendo vivir el presente son conflictos personales relacionados con nuestra historia pasada, ya que procesamos la información (en ocasiones inconscientemente) como si lo que nos sucedió estuviera ocurriendo ahora. En este caso, conviene sumergirse en una terapia para trabajar estos conflictos internos. Aunque se vayan a remover asuntos dolorosos, es una inversión para nuestro presente y futuro, al tomar perspectiva de que aquello que ocurrió no está ocurriendo ahora y no nos determina.
- Descubrir los propios recursos que a cada uno/a de nosotros/as nos funcionan. Mientras que a alguien le puede venir muy bien el ejercicio físico para permanecer centrado en el aquí y ahora. A otra persona le puede ser útil tocar un instrumento, o cocinar, o notar las plantas de los pies bien fijas en el suelo. Hay muchas posibilidades, se trata de ir explorando, como siempre, desde la curiosidad.
Este artículo ha sido redactado por nuestra psicóloga online Elena Díaz Zubiar, un artículo muy interesante y muy de actualidad en la búsqueda de nuestro bienestar y de la conciencia plena (mindfulness) . Disfrutar el aquí y ahora todo lo posible
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