El estrés es una respuesta física y emocional ante situaciones difíciles o desafiantes, siendo en algunos casos un activador positivo. A lo largo de la historia, ha estado presente en situaciones de peligro, alertándonos y permitiéndonos adaptarnos. Aunque la sociedad actual puede haber aumentado su presencia, el estrés siempre ha existido.
En la actualidad, el estrés se manifiesta en desafíos y adaptaciones exigentes, siendo una reacción común que, en episodios cortos, puede ayudarnos a superar metas importantes. Sin embargo, se vuelve perjudicial cuando nos bloquea, impidiendo la adaptación y superación de la situación o desafío. La persistencia del estrés, incluso después de superar el desencadenante, puede generar malestar y convertirse en crónico.
El estrés crónico se manifiesta a través de diversos síntomas que afectan tanto al bienestar físico como al emocional. Algunos de los indicadores más comunes incluyen:
Dolor de cabeza: Manifestación frecuente de la tensión sostenida.
Falta de concentración: Dificultad para enfocarse en tareas cotidianas.
Cambios de peso: Variaciones significativas en el peso corporal.
Alteraciones estomacales: Problemas gastrointestinales como acidez o molestias.
Sueño excesivo o insomnio: Trastornos en el patrón de sueño, ya sea por exceso o falta de descanso.
Cansancio: Fatiga persistente que afecta la energía diaria.
Cambios de humor bruscos: Variaciones emocionales repentinas e intensas.
Indecisión exagerada: Dificultad para tomar decisiones, incluso en situaciones simples.
Incapacidad para disfrutar: Pérdida de interés o placer en actividades que antes resultaban satisfactorias.
Envejecimiento prematuro: Impacto en el aspecto físico y vitalidad.
Falta de apetito sexual: Disminución del deseo sexual.
Rigidez en las cervicales: Tensión muscular en la zona del cuello.
Si usted o uno de los miembros la familia tiene un estrés crónico que le paralizan y le impiden llevar una vida normalizada. El estrés se puede gestionar, incluso desaparecer para volver a llevar una vida normal. La terapia psicológica en estos casos, es muy eficiente. Por ello, conviene hablar con un psicólogo online especializado en terapia para gestionar el estrés, que nos ayudará, tanto a nosotros , como al resto de nuestros seres queridos.