Las personas altamente sensibles o de alta sensibilidad (conocidas con las siglas PAS), perciben el mundo deforma más sutil, debido a su sistema nervioso, siendo más sensible al procesamiento de la realidad. Los estímulos que perciben del exterior les llegan de una forma mucho más intensa. Es por ello que las PAS son más susceptibles a los estímulos medioambientales -ya sean agradables o desagradables-. Cuando nuestros entornos son positivos y agradables, se prospera, y cuando son negativos o desagradables, estamos retados a mantener un sentido de bienestar.
¿En qué consiste el Sistema de Terapia con una PAS?
El proceso terapéutico con personas altamente sensibles (PAS) se focaliza en reconocer y aprovechar las características de este rasgo como fortalezas. La intervención psicoterapéutica pone énfasis en valorar la singularidad de la persona, fomentando la autorregulación emocional y física para elevar la autoestima. La meta es integrar la alta sensibilidad en la vida diaria, permitiendo a la persona vivir de manera respetuosa con sus necesidades y diferencias individuales.
¿Cuáles son los Aspectos Importantes a Considerar con PAS?
Es crucial comprender que las PAS no pueden evitar ciertos aspectos como el dolor físico, la sobreestimulación y la empatía hacia el mundo. La terapia reconoce la culpabilidad añadida que experimentan en un entorno que no siempre valora la alta sensibilidad. Se busca evitar el juicio y la culpabilización, reconociendo la realidad única de las experiencias de las PAS.
– Descubriendo el rasgo, hablando y relacionándote con otras PAS, leyendo libros sobre ello, videos, etc
– Comprendiendo el rasgo: información real y científica. Hay investigaciones y estudias sobre el rasgo de la alta sensibilidad.
– Aceptándolo y aceptándote: este rasgo te va a acompañar el resto de tu vida y negarlo o ignorarlo no te va atraer nada positivo. Puedes potenciar tus fortalezas y exprimir lo que eres y tienes.
– Integrarlo en el día a día: esto se consigue con acompañamiento y autoconocimiento, permitiéndote vivir y sentir. Pon límites, prueba, conoce a otras PAS, etc
En la terapia, se comienza evaluando el conocimiento de la persona sobre el rasgo de sensibilidad. Si ya lo conoce, se profundiza en cómo lo entiende y su impacto. Si es desconocido, se le guía con sensibilidad, considerando posibles negaciones iniciales como un mecanismo de defensa. El proceso terapéutico se desarrolla de manera consensuada, estableciendo objetivos y enfoques para las sesiones. Se presta atención a los sentimientos, gestión emocional y motivos inconscientes, explorando la historia de vida y áreas afectadas por el rasgo, como relaciones y autoimagen.
Responder a esta pregunta es complejo, ya que la terapia se adapta a cada individuo. Sin embargo, algunos aspectos clave incluyen:
Alianza Terapéutica: Construir una conexión sólida entre el paciente y el terapeuta para fomentar la confianza y la expresión abierta.
Autoconocimiento como PAS: Explorar cómo el rasgo afecta a la persona, su interacción con la personalidad y su impacto en el entorno.
Límites Personales: Desarrollar habilidades para establecer límites consigo mismo y con otros, evitando entornos perjudiciales y buscando momentos de soledad cuando sea necesario.
Sanación de Heridas de la Infancia: Abordar sentimientos de aislamiento y juicio en la infancia para mejorar las relaciones y liberar la culpa asociada con la sensibilidad.
Aceptación del Rasgo y Autocompasión: Cultivar la aceptación del rasgo de alta sensibilidad, reconociéndolo como una característica única y promoviendo la autocompasión.
– Gestionar situaciones de estrés y saturación en tu vida.
– Aumentar tu autoestima.
– Cambiar tus creencias limitantes.
– Aprender a gestionar asertivamente tus situaciones de cambio.
– Aprender a tener límites.
– Mejorar tus herramientas de comunicación y habilidades sociales.
– Gestionar mejor tus relaciones afectivas.
– Aprender a entender y gestionar tu impulsividad.
– Eliminar tu diálogo interno para salir del bucle de pensamientos tóxicos.
– Mejorar en tu entorno personal, laboral y social.
La alta sensibilidad no es una patología, no se diagnostica, pero la forma en que se manifiesta, como no son tan conocidas, se entiende y se diagnostica como un problema. Es necesario que los/as profesionales de la salud conozcamos el rasgo y sepamos identificarlo, pues no puede ser que el propio sistema en el que piden ayuda sea el que les daña y patologiza. Y en el caso de identificar el rasgo en una persona y no saber como realizar el proceso terapéutico, no hay problema en derivar a un profesional que sí conozca y pueda acompañar a una PAS.
Necesitan a alguien que les enseñe a dejar esa lucha interna constante, a validarse como personas merecedoras de respeto y de bienestar. Acompañarles en su propio proceso de aceptación y dejar de verse como “bichos raros” porque no lo son. Normalizar lo que les ocurre, lo que sienten y como lo sienten.
Tú como PAS tienes todo el derecho de entenderte, de prestarte atención e intervenir en el sistema (educativo, de salud, investigación, etc), ocupa tu espacio en el mundo, porque sí, tu también tienes derecho a formar parte de él.