Cuando tenemos que tomar una decisión o no sabemos muy bien que hacer respecto a un tema concreto se nos suele decir o aconsejar: “Haz caso a tu intuición”. ¿Es realmente útil hacerle caso a la intuición? ¿Qué es y para que sirve? ¿Nos podemos fiar de ella?
Sabemos cuándo la sentimos, pero nos cuesta ponerla en palabras. Normalmente la expresamos con frases del tipo: “hay algo que me dice que haga esto” o “tengo la corazonada de que va a pasar esto otro”.
¿Qué es la intuición?
La intuición, o también llamado nuestro sexto sentido, es un proceso de toma de decisiones o conocimiento de algo sin que medie de forma explícita la razón o la conciencia.
Existen dos formas de resolver problemas, una de ellas sería la analítica, es decir, analizar todas las opciones posibles de forma exhaustiva, y la otra sería la heurística, que conlleva tomar decisiones de forma eficiente sin tener todos los datos posibles.
La intuición se parece a la manera heurística de resolver los problemas. Haciendo uso de los datos que se tienen el cerebro calcula “la mejor manera” de resolver el problema o aquello que puede ser más beneficioso para la persona.
¿De dónde viene la intuición?
Sabemos que la respiración viene del intercambio de gases de nuestros pulmones y el pulso de los latidos del corazón, pero ¿de dónde viene la intuición? La ciencia nos dice que la intuición proviene del cerebro y de la interacción de sus diferentes zonas entre sí.
El trabajo conjunto de la memoria de nuestras experiencias vitales, los aprendizajes de nuestros errores y aciertos, así como la conciencia forman junto con otras estructuras y funciones cerebrales la intuición.
¿Es útil la intuición?
La intuición se construye con parte de nuestras experiencias y emociones asociadas a ellas. Una persona experimentada en un campo de conocimiento concreto, por ejemplo, un médico que lleve años ejerciendo, tendrá menos probabilidad de error siguiendo su intuición que un médico novel.
Pero las decisiones y la intuición no solo se utilizan en el campo profesional, de hecho, tienen una importante relevancia en nuestra vida personal. Escuchar y hacer caso a nuestra intuición no garantiza acertar en la decisión, pero sí puede resultarnos útil escucharla a la hora de tomar un camino u otro.
Artículo redactado por la psicóloga Andrea Pérez
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