La etapa del nacimiento o llegada de un bebé supone una serie de conflictos en la pareja, una serie de retos y cambios que pueden desestabilizar nuestra relación de pareja. ¿Por qué ocurre esto? ¿Va a ser ya siempre así? ¿Qué podemos hacer? Si te encuentras en esta situación o vas a tener un hijo/a con tu pareja dentro de poco, puede que te hayas hecho estas preguntas. En esta entrada desvelamos algunas de las cuestiones básicas para comprender qué es lo que puede estar pasando, aunque recordamos que esto no deja de ser una ayuda en la que apoyarse. Si quieres trabajar a fondo sobre ello, una terapia psicológica con un/a profesional que valore tu situación es una muy buena idea.
Proceso de cambios y adaptación
La llegada de un bebé requiere poner en el centro los cuidados y la atención a nuestro hijo/a. Esto puede facilitar que nos olvidemos de nosotros/as mismos/as y de nuestra pareja. Algunos de los muchos cambios que puedes estar viviendo son estos…
- Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer experimenta cambios físicos y hormonales que pueden repercutir en cómo se siente con su cuerpo (molestias, autoimagen…) y en su estado anímico. Además, el parto y el periodo de lactancia pueden suponer una pérdida de energía y cansancio.
- El tiempo que requieren los cuidados y establecer una conexión emocional con el bebé conlleva muchas dificultades a la hora de conciliar este tiempo con otras áreas importantes de nuestra vida: con nuestros horarios de trabajo, nuestra vida social y de ocio, los momentos de intimidad y de encuentro sexual con nuestra pareja… Además, y sobre todo en el caso de las mujeres, puede pasarnos que si dedicamos tiempo a otras facetas fuera de nuestra maternidad. Esto hace que nos sintamos culpables o nos sintamos juzgadas por algunas personas.
- El desafío que supone para los miembros de la relación pasar de tener el rol de pareja al rol de padres y madres no siempre es fácil. Aceptar esta nueva responsabilidad de cuidar, proteger y educar a un ser que depende totalmente de nosotros/as. Esto puede traer inseguridades, miedo y ansiedad, así como desacuerdos con nuestra pareja.
- También podemos tener insomnio tanto por las preocupaciones de esta nueva etapa como porque nuestro bebé se despierte por la noche, lo que repercutirá en el cansancio del día siguiente.
- La economía puede verse reducida por todos los gastos derivados del cuidado de nuestro/a hijo/a. Para llegar a fin de mes, puede que no quede más remedio que dejar de lado algún “capricho” que nos podría venir bien para nuestro autocuidado. Por lo que se añade preocupación.
- Al menos en el caso de las parejas heterosexuales (en las parejas del mismo sexo no está tan documentado), el vínculo estrecho que se genera entre la madre y el bebé. Este vínculo especial para atender a sus necesidades físicas y emocionales puede generar que el padre se sienta excluido de la dinámica familiar.
Conclusión de los conflictos de pareja con la llegada de un bebé
Todos estos cambios son un caldo de cultivo para que haya un ambiente de estrés, cansancio y otras emociones displacenteras. Hará mucho más fácil que surjan conflictos, aumentando las discusiones con nuestra pareja y generando más distancia entre los dos. Para tratar de manejar estos conflictos sanamente, es muy importante que comprendamos de qué situaciones surgen (muchas de ellas comentadas arriba) y que seamos conscientes de que esta etapa es pasajera.
Aunque aparezcan conflictos, estos pueden ayudarnos a conocernos mejor a nosotros/as y a nuestra pareja, a acercarnos más. En otra entrada veremos algunas recomendaciones para tratar de llevar esta etapa lo mejor posible emocionalmente.
Artículo redactado por nuestra psicóloga online Elena Díaz Zubiar
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