La sexualidad es una faceta de nuestra vida muy rica y amplia dónde el autoconocimiento, la intimidad y el disfrute mutuo asumen el protagonismo. La autoexploración, la exploración del cuerpo ajeno, la masturbación y el sexo son actividades sanas y que tienen múltiples beneficios. Sin embargo, en algunas ocasiones la masturbación o el sexo pueden convertirse en una gran fuente de malestar. Uno de los problemas asociados que podemos encontrar es la adicción al sexo, también conocida como ninfomanía.
Falta de control
Lo que caracteriza una adicción al sexo no es solamente el número de encuentros o actividades sexuales. Una persona puede tener muchas relaciones, de diferentes tipos, con muchas personas diferentes y disfrutar de una sexualidad sana.
Una de las sensaciones más importantes que caracterizan una adicción es la falta de control que la persona tiene sobre su conducta. Las personas que tienen adicciones suelen sentir que no son capaces de controlar esa conducta adictiva por muchos esfuerzos que hagan.
Dependencia y abstinencia
Para hablar de adicción tenemos que hablar de dos fenómenos muy característicos: la dependencia y la abstinencia. Aunque normalmente las personas lo asocian al consumo de sustancias estos fenómenos también aparecen en adicciones conductuales, como el juego o la adicción al sexo.
La dependencia implica que la persona le da una prioridad absoluta a conseguir aquello a lo que es adicto, en este caso el sexo. Suelen sentir un impulso irrefrenable que le exige tener relaciones para conseguir ese placer que están buscando así cómo aliviar un malestar interno. Ese malestar interno que sienten cuando no practican sexo es lo que se conoce como síndrome de abstinencia.
Interferencia en su vida diaria
La adicción al sexo suele generar muchos problemas en la vida de la persona. Suelen cambiar y alterar sus rutinas para poder satisfacer esta necesidad. No es extraño encontrar que esta adicción le ha ocasionado a la persona muchas pérdidas, cómo pérdidas del trabajo o relaciones personales como parejas o amigos.
A esta problemática hay que añadir los riesgos asociados a esta conducta, como lo son las enfermedades de transmisión sexual o los daños físicos que pueden aparecer en las zonas genitales.
Función de evitación
Una cuestión muy importante que hay que explorar cuando se examina este problema es la siguiente: ¿Para qué está utilizando la persona el sexo? ¿Qué función tiene en su vida? ¿Está utilizando el sexo para evitar alguna dificultad o situación?.
En muchas ocasiones el sexo lo utilizan como un refugio de seguridad que les proporciona un placer muy efímero e inmediato y que impide afrontar situaciones difíciles en la vida de la persona. Se convierte en un medio para evadir una realidad incómoda.
Superar un problema de adicción al sexo
Como ya hemos explorado a lo largo del artículo la falta de control en nuestra relación con el sexo es un tipo de adicción. Como tal sigue los mismos patrones que el resto de adicciones, lo cual implica que para superarlo y recuperar nuestra normalidad sea necesario seguir un tratamiento dirigido por un profesional especializado.
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Artículo redactado por la psicóloga general sanitaria Andrea Ruiz.