¿ Cómo puedo sentirme bien?. Es una pregunta que nos hemos hecho muchas veces a lo largo de nuestra vida. Llegar a la conclusión de que no somos felices no debería ser un acto desesperado. Decidir que queremos sentirnos bien con nosotros y nuestro entorno es una decisión inteligente. Lograr esa firme convicción nos va a empujar a cuidarnos, a querernos. Y por tanto a ponernos en el lugar que necesitamos para conquistar el mayor índice de bienestar posible.
Nos protegerá de las emociones que nos hacen sufrir y que podemos evitar. De las personas que no nos quieren bien, de las actividades que no nos gustan. En definitiva nos invitará a conocernos y analizar qué es lo queremos, porqué lo queremos y luchar por lograrlo desde una perspectiva realista.
¿ Qué tenemos que llevar para este viaje?
Este viaje hacía nuestro descubrimiento necesita de decisión, de fortaleza, de saber que no siempre podemos ser los mejores. Pero tampoco vamos a ser siempre los peores, que las cosas que nos sucede nos afectan de una forma u otra dependiendo de cómo las asimilemos, las entendamos y las aceptemos. Que no siempre seremos los culpables pero si somos en muchas ocasiones responsables de lo que nos pasa. Y anticipándonos a lo que hacemos y sus consecuencias nos protegeremos de tomar caminos que nos generaran sufrimientos en el futuro o incluso en el momento en el vivimos.
Entonces: ¿ cómo puedo sentirme bien?
Tenemos que aprender a ser objetivos con nosotros mismos, no victimizarnos y meternos en el pozo de pobrecito de mí, nadie me entiende, todos me hacen daño, tengo mala suerte… Pero también ser realistas y saber que en muchas ocasiones solo nosotros tenemos la clave para cambiar lo que nos sucede. Y que debemos asimilar el alcance de nuestra participación de una manera ajustada. Sin recurrir a castigarnos por nuestras acciones sin buscar soluciones y nuevas oportunidades.
Recordar que todo cambio supone un esfuerzo y renunciar a cosas o enfrentarnos a otras que no nos agradan o que siempre habíamos negado como opción a tomar no es fácil. Superar esas dificultades nos hará sentirnos orgullosos de nosotros mismos, nos dará seguridad y calma. En definitiva, nos hará tener un autoconcepto más realista y una autoestima más consistente.
Pedir ayuda. Una opción a tú disposición.
Pero no olvidemos que no siempre podemos hacerlo solos, ponernos a disposición de un buen terapeuta hará que este camino sea más ágil y más eficaz. Sufriremos menos para lograr nuestros objetivos y estos se mantendrán más firmes en el tiempo. Porque sabremos detectar las trabas que nosotros mismos nos podemos poner inconscientemente. Y sabremos cómo enfrentarnos a ellas y superarlas, aprenderemos cuáles son las herramientas que tenemos y que mejor nos funcionan. También cómo desplegarlas en cada momento y en definitiva seremos más eficaces y eficientes para conseguir ser más felices y hacer más felices a los que nos rodean.
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Será el primer paso para responder a: ¿ cómo puedo sentirme bien?.
