Como ya vimos en otra entrada del blog, el nacimiento de un bebé puede llevar a una crisis y problemas en la pareja. En este artículo vamos a ver algunas recomendaciones muy prácticas, de cómo prevenir y gestionar los problemas de pareja, por el nacimiento de un bebé. El cansancio y la fatiga del insomnio, de las tareas y cuidados hacia el bebé (que implican un gran esfuerzo tanto si uno/a es primerizo/a en esto de ser madre o padre como si la experiencia se repite), la falta de tiempo para las amistades, el ocio y el trabajo, los cambios físicos y hormonales… son ejemplos que revelan la parte más difícil de la maternidad y paternidad.
En este proceso hay momentos preciosos pero también hay momentos duros, pues está acompañado de pérdidas y tristeza (de la vida anterior que llevábamos), inseguridades, miedos, estrés… . Ser conscientes de esta parte, sin llegar a negarla e intentando aceptarla, nos puede ayudar a que los conflictos que surjan tanto con nosotros/as mismos/as, como con nuestra pareja sean más manejables e, incluso, a que salgamos reforzados/as de ellos.
Recomendaciones para hacer frente a los problemas de pareja con la llegada de bebé
- Si habéis tomado la decisión de tener un/a hijo/a o ya está en camino, anticipad estos cambios, hablándolos y discutiéndolos con la pareja. Es la mejor forma de prevenir que luego, cuando se den situaciones difíciles, estas se compliquen y erosionen vuestra relación al pillaros desprevenidos/as. Hablad sobre cómo os vais a organizar en las distintas tareas de casa y de los cuidados del bebé. Ssobre las personas cercanas en quienes queréis apoyaros y que os pueden echar una mano en esta etapa.
- Informaos sobre el embarazo, el parto, la lactancia y los cambios fisiológicos que experimenta la mujer. Al hacerlo entre los dos, es más fácil que os pongáis en los zapatos de la otra persona y que aceptéis las emociones desagradables asociadas a este periodo de cambios físicos.
- Puede ser muy útil plantearos este recorrido como un reto en el que los dos formáis un equipo. Por tanto, aunque acordéis en el día a día las tareas que vais a hacer cada uno. También es necesario que flexibilicéis y os apoyéis mutuamente, por lo que pedir ayuda es fundamental cuando os sintáis sobrepasados por las circunstancias. En ese caso, poder cambiaros los papeles. También podéis negociar un ratito a la semana de relax para cada uno, donde podáis dedicarlo a vuestros hobbies y a desconectar, y así, liberar tensión y coger fuerzas.
- Buscad pequeños momentos de intimidad entre los dos. Aunque puede resultar difícil por la falta de tiempo, encontrar algunos momentos donde podáis intercambiar palabras o gestos de afecto es fundamental para reforzar vuestro vínculo y complicidad.
- Mantened una comunicación abierta y sincera entre los dos. Un espacio donde hablar de cómo os encontráis, expresar vuestros miedos y preocupaciones, desde la empatía y el respeto hacia la otra persona. Esto os permitirá desahogaros, reducir tensión y encontrar soluciones y apoyo emocional.
- Tratad de ver esto como una etapa pasajera de vuestra vida que no siempre va a ser así de demandante como en los primeros años de crianza. Esto parece muy lógico y que sobra decirlo, pero en el momento en que nos sentimos desbordados/as por la exigencias de cuidar a un bebé, puede que pensemos de una forma más catastrofista. Por eso, es necesario que os recordéis esto para tomar distancia.
Que haya un ambiente relativamente tranquilo, de comprensión y cariño en la pareja es esencial. Esencial para el bienestar y la ilusión en esta etapa familiar y, en particular, para que vuestro/a hijo/a se sienta seguro/a y protegido/a.
Artículo redactado por nuestra psicóloga online Elena Díaz Zubiar
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