Tristeza o depresión. Una de las preocupaciones más habituales de las personas que no se encuentran bien anímicamente o tienen a algún ser querido pasando por una mala temporada vital, es saber si es “normal” lo que están experimentando o saber si se trata de un trastorno emocional. Es decir, ¿Cuándo hablamos de “Normalidad” de las emociones? ¿Cuándo se puede considerar una patología?.
Realmente existe una línea muy fina y delicada al respecto. No hay una respuesta rotunda, consensuada y contundente para ella.
No obstante, si tenemos en cuenta los 3 criterios que especificamos a continuación, será de gran ayuda para valorar cada caso particular.
Criterios a observar
- La intensidad de la emoción.
- La continuidad en el tiempo de la misma.
- Observar si dicha emoción está ligada a cierta limitación o conlleva una disfunción significativa de un área importante de la vida de la persona.
Con el fin de verlo más claro en un ejemplo, explicamos a continuación la diferencia entre tristeza y depresión con más detalle:
Cuando hablamos de tristeza:
- Se hace referencia a una emoción primaria de los seres humanos caracterizada por un bajo estado de ánimo. ¡La tristeza es totalmente válida y útil!
- Se trata de una emoción pasajera que suele estar relacionada con el sentimiento de pérdida, y habitualmente es desembocada por un motivo concreto, circunstancia o experiencia desagradable.
A pesar de sentir tristeza, la persona puede llevar a cabo su vida con normalidad, ya que sentir tristeza no significa que sea un problema en sí.
Por lo tanto, en estos casos, la terapia psicológica puede servir de gran ayuda, pero no tiene por qué ser necesaria para superar la tristeza
Ahora bien, la tristeza está directamente relacionada con problemas más graves, como puede ser un trastorno depresivo.
A continuación, veremos algunos de los síntomas característicos de la depresión:
- Anhedonia (incapacidad o dificultad para disfrutar de las cosas que antes sí eran gratificantes).
- Apatía.
- Alteración del apetito.
- Alteración del patrón de sueño-vigilia.
- Pérdida de energía.
- Alteraciones cognitivas.
- Hipersensibilidad emocional: por ejemplo, tendencia al llanto.
- Pensamientos negativos y alteración cognitiva.
- Sentimientos de desesperanza.
- Tristeza permanente.
- Disminución de las relaciones sociales.
- Interferencia en el desarrollo de las actividades diarias de la persona.
Como hemos podido observar, la tristeza es un síntoma más de la depresión, no el síntoma único y definitorio para realizar un diagnóstico. Por lo tanto, cuando existe un cuadro clínico como la depresión, la terapia psicológica es totalmente necesaria para un adecuado abordaje y tratamiento.
Con este artículo, se pretende dar unas nociones muy básicas sobre las diferencias entre la experimentación normalizada de una emoción desagradable y un cuadro patológico. Recuerda, que debe ser un profesional el que valore, realice el diagnóstico y lleve a cabo el tratamiento necesario de forma personalizada e individualizada.
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Artículo redactado por la Psicóloga Raquel Triana Murcia.
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